Después de toda mi tragedia emocional y laboral, durante el proceso de mis cirugías de rodilla no tuve mas opciones que resignarme a tener que trabajar en cualquier otro cargo para mi sostenimiento y el de mi hija pues en medio de tanta confusión lo mas importante era recuperar la movilidad articular de la rodilla y caminar bien.
Tenía que agradecer principalmente no quedar coja, porque en la primera cirugía de la rodilla derecha con gran parte del menisco roto me lo suturaron pero no pegó por lo que fue necesario una segunda cirugía para quitarlo y en ésta me dio artrofibrosis, la cirugía se daño y tocó una tercera cirugía de la rodilla, no sólo estuve coja al rededor de 8 meses sino que el dolor era insoportable pese a todas las terapias físicas que le hiciera, no mejoraba de ninguna manera y la única opción fue volver a operar.
Siempre he sido muy disciplinada con mis cosas y ademas de ir a fisioterapias de la EPS, pagué 1 año unas particulares, además de ejercitarme lo que mas podía en casa.
En el proceso aprendí muchísimo sobre la rehabilitación de extremidades inferiores y los cuidados en prevención y mantenimiento, de hecho el día que no hacía terapia en casa el dolor era insostenible, a veces me despertaba a media noche por el dolor y debía ponerme a hacer ejercicios en cama para calmarlo.
Básicamente los ejercicios son de fortalecimiento y estiramiento, en casa siempre los hacía acostada en mi habitación
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Retomaba los ejercicios isométricos y de propiocepción que enseñaba en yoga y los hacía en cama, tratando de aumentar la intensidad con el tiempo de duración al hacerlos. Si algo tenía claro es que al haber un daño articular mis músculos debían proteger tal articulación y permitirle la movilidad, pues finalmente una de las principales funciones de los músculos es cubrir órganos y huesos para protegerlos, por eso debía tenerlos fuertes y hacer un trabajo muy integral de soporte desde la columna, la pelvis y el abdomen para distribuir las cargas y alivianar el dolor porque para entonces ya estaba lidiando con fascitis plantar por malos apoyos, con tobillo hinchado por sobrecarga al igual que aumento de varices en las piernas.
El dolor en las extremidades inferiores era bastante y eso producía frustración y des-compensación general a veces sumado a las situaciones externas que acompañaban la dificultad caía en depresión.
Estuve en esas 3 duros años no sólo por el intenso dolor sino porque esa situación me trajo muchos inconvenientes.
En resumidas, con otra cirugía para liberar la artrofibrosis, con mucha terapia y voluntad entre citas médicas y exámenes había que hacer la rehabilitación emocional de lo que estaba pasando porque era demasiado angustiante empezar de cero con una hija que mantener y con tu herramienta de trabajo (las rodillas) averiada.
Fueron varios años tratando de entender lo que pasaba, de asumir otra función laboral y de rehabilitar las rodillas, y aunque aveces pareciera haberme acomodado a la situación, en el fondo nunca fue así y de ahí surgió el vértigo.
Lo que mas me incomodaba siempre era escuchar de los demás: "lo importante es que tengas trabajo y te aguantes allí porque ya con ese antecedente médico y la edad difícilmente podrás aspirar a algo mas". Obviamente no lo decían de mala fe porque nadie sabía que pasaba en mi interior.
Entonces resolví el tema del dolor articular y de movilidad yendo a nadar mucho, por lo que tuve que renunciar del tiempo completo de trabajo pues tenía que continuar asistiendo a citas medicas, terapias, los cuidados de mi hija y un dolor intenso al final del día; la solución para poder ir a nadar varias veces en la semana y estar pendiente de todo era trabajar solo medio tiempo, aunque económicamente eso agravaba las cosas, ¡pero como hacerlo todo a la vez!, en ese momento la prioridad era mi rehabilitación y los cuidados de mi hija que también tenía algunas complicaciones de salud.
Seguí aprendiendo mucho sobre rehabilitación deportiva cuando empecé a nadar y sentí esa inmensa mejoría que no lograba con las terapias en tierra. Entendía que en el agua no hay sobrecarga en ninguna parte del cuerpo porque el agua sostiene el peso corporal y amortigua el impacto de los ejercicios, te obliga a distribuir la fuerza en todo el cuerpo para ejercitarte entonces haces un trabajo integral muy completo. Se fortalece el sistema cardiopulmonar y al finalizar relaja el cuerpo liberando bastante el estrés.
Lo ideal para cualquier tipo de rehabilitación, lo que no quiere decir que al principio se sienta temor o dolor por la inestabilidad articular, por la falta de fuerza en el lugar afectado y por el temor- trauma que esto genera psicológica mente.
En el caso de las piernas el cuadriceps, el isquiotibial, el ab-ductor y el aductor se afectan mucho después de una lesión y cirugía, prácticamente se cae por decirlo de alguna forma y volverlo a levantar o fortalecer requiere tiempo y constancia.
Pero cuando se empiezan a ver los resultados hay mas motivación y por eso hay que disponerse.
Hay que pensar que depende de ello lograr nuevamente la movilidad articular y que ahora se depende mucho de un musculo fuerte para sostener una lesión que tenga un daño irreversible. Sin embargo aunque el tema de la rehabilitación articular parecía resuelto, la parte emocional no iba a la par con este proceso y había mucha tristeza, frustración, temor y trauma que en su momento iba a requerir una rehabilitación y cuidado mucho mas grande que el de la rehabilitación deportiva porque finalmente lo que tenemos por dentro es lo que reflejamos por fuera y somos un todo que debe trabajar en conjunto para su total bienestar.
Pero en ese momento era imposible entenderlo porque se lidiaba con muchas cosas a la vez y con algo completamente nuevo e inesperado en mi vida, como puede ser cualquier accidente o enfermedad que te cambie la vida.

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